Mientras en las fábricas chinas donde se fabrica el iPad se suceden los suicidios, en ese mismo país sale al mercado una imitación del nuevo aparato de Apple y, como toda buena imitación, es mucho más económico y puede llegar a pasar por el original. Se trata del iPed. No sólo se parece en el nombre, el parecido externo es asombroso. Hasta el punto de llegar a confundir a cualquier persona no muy ducha en la materia.
Claro que, como es obvio, las diferencias son patentes. La fundamental es el sistema operativo con el que funciona: el iPed usa Android. Además, cuenta con un procesador Intel, 16 GB de memoria interno y una memoria de sistema de 128 MB, por lo que las aplicaciones se ralentizan fácilmente. Por último, la resolución de pantalla es de tan sólo de 800 x 400 píxeles, en vez de los 1024 x 768 que ofrece el iPad.
Quizá todo lo anterior se compense con un precio que es una ganga, unos 85 euros (el iPad más barato cuesta 479 euros), sobre todo para personas que no puedan permitirse el lujo de comprarse un iPad o que no puedan conseguirlo en su país, como, por ejemplo, los propios chinos, sin ir más lejos. Para más inri, el iPed se fabrica en la misma ciudad, Shenzhen, donde se fabrican los iPad para todo el mundo.
El iPed ha sido todo un éxito en China, país en el que incluso los informativos chinos se hacen eco de su lanzamiento. No es muy probable que este aparato llegue a Europa o Norteamérica, pero con la globalización y las compras por Internet todo es posible. El iPad no es el único dispositivo imitado. También se ha imitado el iPhone, cambiando el sistema operativo de Apple por Windows 7 y añadiendo un teclado desplegable.