Hace un par de años Google mostró por primera vez unas gafas que incluían la misma tecnología que los smartphones actuales. Las Google Glass supusieron una revolución en el mercado tecnológico. Por primera vez, con solo unas gafas se iba a poder navegar por Internet, realizar fotografías, llamar a los amigos o leerla prensa. Mucho se ha hablado en todo este tiempo del producto estrella de Google sin que éste se pusiera aún a la venta en los comercios. Como toda la información que circula por ahí no es cierta, te desmontamos los falsos mitos de las Google Glass.
Se cree que los usuarios de las gafas tecnológicas de Google son unos fanáticos de la tecnología. Puede parecer que están todo el día enganchados a los aparatos tecnológicos. Pero lo cierto es que cualquiera puede usar las Google Glass, ya que están pensadas para facilitar el trabajo diario.
Aún son un prototipo
Hay cierto temor a que aparatos como las Google Glass te distraigan del mundo real. Lo cierto es que a diferencia del teléfono móvil, la tableta o el ordenador portátil, las gafas ideadas por Google te permiten hacer vida normal mientras se usan.
Otra de las funcionalidades que no atraen mucho es aquella de que lleva cámara de vídeo incorporada. Y es que no se graba todo lo que se ve. La pantalla de Google Glass está apagada por defecto y su grabación automática solo dura 10 segundos, porque si no la batería se iría en 45 minutos.
Aunque se mostrase al mundo hace un par de años, las Google Glass siguen siendo un prototipo. Aún no están listas para ser vendidas.
También se cree que la pantalla de las gafas molesta a los ojos. Hay que probarla para darse cuenta de que sus creadores no la han situado justo encima de los ojos, sino en el lateral izquierdo de uno de ellos, por lo que la visión queda libre en todo momento.