Además de la era de la información digital, estamos en la era del camuflaje, las contraseñas, el ocultamiento; en un mundo en el que la exposición es cada vez más notable: cámaras de vigilancia, hackers, redes sociales, problemas de privacidad, etc. Pero ahora han inventado una solución a tanta exposición.
Se trata de unas gafas japonesas que sirven para proteger la intimidad. Con ellas no te podrá reconocer ningún aparato digital y podrás vagar por la ciudad totalmente seguro gracias a un sistema de LED infrarrojos. A continuación, más información.
El artilugio ha sido diseñado por un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Informática (NII) de Japón. Como vemos en la imagen de portada, no estamos hablando de unas simples gafas de sol, sino de algo mucho más interesante: un dispositivo que distorsiona las imágenes grabadas por cámara.
Los científicos que han inventado el artilugio opinan que es muy difícil proteger hoy en día nuestra privacidad. Así este artilugio logra desactivar por completo el reconocimiento facial de las personas que lo llevan puesto cuando son fotografiadas o filmadas. Una fuente de luz infrarroja impide que las cámaras puedan identificarlos.
Ocultación por deslumbramiento
El prototipo, que ya ha sido presentado, funciona conectado a una batería mediante un cable. Once luces LED infrarrojas producen la interferencia para las cámaras, sin embargo no son molestas para el ser humano.
Sin duda, es una idea genial que muchos famosos utilizarán para no ser reconocidos. Pero también se le podría dar un mal uso: por ejemplo los atracadores de bancos o comercios, al usarlos, nunca podrían ser reconocidos. ¿Qué opináis de sus ventajas e inconvenientes? A mí, desde luego, me parece antiestético y más una curiosidad que algo viable: puede ser usado para mal, como la dinamita.
No me lo puedo creer. Esto sólo se les puede ocurrir a los japoneses. Aunque la moda actual es llevar gafas tan grandes que te tapan la cara, así que, para el caso… Los famosos van tan «ocultos» a veces, tan de incógnito, que no puedes dejar de fijarte en ellos. Qué paradoja…