En los últimos tiempos no hay día en que no nos levantemos y, al conectarnos a la red, nos encontremos con una novedad en Facebook, sin tiempo para haber asimilado la anterior. La red social, entre cambios en el diseño y nuevas funcionalidades y servicios, aparece todos los días en la información tecnológica. Ha llegado a un cierto grado de saturación que puede perjudicar su estrategia promocional.
El nuevo servicio de Facebook es una herramienta de traducción instantánea para las publicaciones. La red social ha llegado a un acuerdo con Microsoft para usar el traductor de Bing (competencia directa, por otra parte, del traductor automático que ofrece Google). Con el nuevo servicio, si la página de Facebook aparece en un idioma distinto al del usuario, junto a la opción «Me gusta», aparece otra que traduce automáticamente la página.
Es uno de los beneficios que ha sacado Facebook al asociarse con Bing. El nuevo servicio puede ser muy útil para los que necesitan visitar páginas extranjeras y desconocen el idioma original. Además, permite publicar noticias y que sean más o menos entendidas por todo el mundo, aunque siempre hay que tener en cuenta que estos traductores automáticos tienen sus limitaciones: la estructura sintáctica aparece, en muchos casos, desordenada, y, normalmente, aparece la acepción más usual de la palabra. Por tanto, se puede perder el sentido de textos más complejos u originales.
Para ofrecer esta traducción instantánea es necesario, eso sí, que el gestor de la página de Facebook instale la consiguiente aplicación, una aplicación que contiene la API de traducción de Bing. Permitirá cambiar el idioma de traducción de los textos.
Es una de las consecuencias de la internacionalización de Internet y, más en concreto, de las redes sociales. Las empresas multinacionales no pueden perder el tiempo en traducir sus páginas a todos los idiomas que hay en el mundo. Es más fácil usar estos traductores automáticos.
El nuevo servicio tiene mucha relación con la decisión de Google de empezar a cobrar por la API de su traductor, algo que comenzará a hacer desde el próximo 1 de diciembre. Así, Bing y Facebook se beneficiarán directamente de la decisión de su competidor.
Realmente, si se quiere que lo que aparezca en una web sea «entendido» por un traductor automático, sea el de Facebook o cualquier otro, habrá que usar un lenguaje muy sencillo y claro y no usar terminología complicada. Se gana en universalidad, es cierto, pero se pierde en riqueza de lenguaje.