Las redes sociales dan el poder mediático a los ciudadanos. Esto se puede servir para diferentes usos: para realizar una campaña de márketing de una empresa, para protestas sociales o convocatorias reivindicativas o para promocionar el turismo de un país. Eso sí, para que cualquiera de estas acciones tenga éxito, se debe permitir que sean los ciudadanos los que se expresen libremente.
Es lo que ha hecho Suecia para promocionar el turismo del país, una iniciativa que Holanda ha decidido imitar. Se trata de que la cuenta de Twitter del país sea gestionada por los ciudadanos en vez de por una institución del Estado. Los ciudadanos holandeses que lo deseen podrán contar de primera mano cómo es el país para intentar atraer al turismo.
La idea es que la cuenta de Holanda en Twitter pase de mano en mano, o de móvil en móvil, entre los ciudadanos holandeses que lo soliciten, rotando cada semana a uno diferente. El objetivo es doble: fomentar el turismo y la participación ciudadana.
Suecia, que ya lleva medio año desarrollando el proyecto, ha logrado una gran difusión en las redes sociales desde que la cuenta @Sweden, aunque institucional, está controlada por un ciudadano distinto cada semana. A partir de ahora, ocurrirá lo mismo con @Netherlanders. El apoyo está comenzando a ser masivo. La rotación de usuarios dará comienzo el 16 de julio.
La difusión de la cuenta de Holanda ha comenzado con el retuit por parte de la cuenta sueca, que tiene más de 65.000 seguidores. En unos pocos días @Netherlanders, ya es seguida por más de 1.700 usuarios.
El pasado verano Islandia también llevó a cabo una iniciativa de participación ciudadana a través de las redes sociales para coordinar la Constitución del país. Los suecos han demostrado que la iniciativa funciona bien. Sólo han tenido problemas que un usuario concreto. (Claro que este tipo de proyectos sólo se pueden realizar en países desarrollados y con un alto nivel de educación y compromiso de la ciudadanía.)
La iniciativa de Holanda tiene el objetivo de dar a conocer mejor el país a las personas de fuera, de promocionar el turismo mediante una participación de los propios ciudadanos, una forma mucho más real, más humana y que pone rostro (o muchos rostros) a un país.