Cómo paga Spotify a los músicos


La industria de la música ha cambiado. Internet es la nueva vía para conocer nuevos grupos, una vía más democrática, menos controlada por discográficas y grupos de presión cultural. Spotify y otros servicios de música en streaming han cambiado el negocio. Pero, para los artistas, ¿es mejor este modelo o el otro? Como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Simplificando, el viejo sistema funcionaba así: la gente oía música en la radio y luego iba a una tienda a comprarla. Pero internet ha cambiado ese paradigma. Ahora la distribución de música no depende de unas pocas emisoras de radiofórmula que pueden machacar determinadas canciones o promocionar determinados artistas hasta la saciedad, sino que hay muchos servicios en la red para descubrir música, clasificados por géneros, épocas y que recomiendan al usuario otros artistas según lo que escucha.

La música escuchada en streaming, las descargas (legales o no) o el mismo YouTube, el buscador más usado para música, hacen que los cimientos de la industria musical se tambaleen. En realidad, no es la piratería lo que está acabando con las grandes discográficas, sino que ya no tienen el poder de elegir lo que tiene que escuchar la gente.

Pero el cambio de modelo no se ha completado y el consumo de la música actualmente genera poco o ningún dinero para los artistas. Spotify y otras empresas trabajan para ofrecer música de forma legal al mismo tiempo que generan un beneficio para los artistas.

Spotify gana dinero con la publicidad y con las cuentas de pago. Según sus propios datos, en todos los países donde ofrecen el servicio, los ingresos para los artistas aumentan. Han pagado más de 1.000 millones de dólares en derechos de autor.

La música grabada ha disminuido sin parar desde 1997, como se puede observar en la imagen de arriba. Las descargas digitales no han sido capaces de compensar la disminución en las ventas de formatos físicos.

Un negocio que sigue creciendo


Spotify trata de aportar un valor a los músicos. Sus ingresos aumentan cada año, como se puede ver en la segunda imagen. En marzo de 2013, contaba con más de 24 millones de usuarios en todo el mundo, 18 de los cuales usaban una cuenta gratuita con anuncios. En esa fecha, más de 6 millones pagaban una suscripción mensual de 9,99 euros, dólares o libras para acceder a una cuenta premium.

De este modo, Spotify también ha aumentado la cantidad pagada en concepto de derechos de autor, como se puede ver en el gráfico de abajo. Según los datos de la compañía, de media, un adulto de Estados Unidos gasta en música 25 dólares, mientras que el usuario medio de Spotify gasta, de promedio, 41 dólares. Así, el que usa Spotify es 1,6 más valioso que el adulto medio que no los usa como consumidor de música.

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