Para los Gobiernos, debido a Internet y, especialmente, a las redes sociales, cada vez es más difícil controlar las opiniones y la información que genera y distribuye la ciudadanía. Vídeos a través del móvil o información en tiempo real con Twitter son armas de democracia y libertad. Pero, no porque resulte más difícil, las fuerzas represoras de los Estados se van a quedar de brazos cruzados. Buscarán nuevos métodos de censura, si bien, no de forma directa.
El Gobierno chino es un dictadura y, como tal, no está a favor de una información veraz y sin trabas. Para enfrentarse al poder de Internet se está planteando cambiar la normativa del país en cuanto al uso de la red, para controlar la información que se distribuye. En concreto, al Gobierno chino le preocupa Weibo, la versión de Twitter del país asiático, una herramienta de miroblogging que está creciendo sin freno. La medida sería algo aparentemente sin importancia… si ocurriera en un país democrático donde se respetan los derechos humanos.
La medida que se están planteando tomar es obligar a los usuarios de las redes sociales a utilizar su verdadero nombre. Así se habló, según un artículo aparecido en un medio chino, en una reunión de los más altos cargos del Gobierno de China. Introducir los nombres reales en Weibo sería, según los defensores de la medida, una forma de salvaguardar la integridad del servicio en el país.
En pocas palabras, lo anterior significa que los bloggers tendrían que decir quiénes son al escribir, mostrando su identidad cuando informen o expresen su opinión. Lo malo es que en un país como China, si al Estado no le gusta lo que escribes, puedes tener serios problemas. Así, la medida es un sistema de censura y represión para controlar la disidencia política.
Los medios de comunicación chinos sufren grandes restricciones a la hora de informar y Weibo se había convertido en la mejor forma de transmitir noticias libremente. Si se lleva a cabo la medida represora, serán pocos los que se atrevan a decir lo que piensan, y siempre arriesgándose a ser sancionados o, incluso, detenidos.