La innovación en tecnología se puede llevar a cabo de dos maneras: la primera, incorporando componentes electrónicos que consigan que el dispositivo en cuestión funcione de una forma más eficiente; la segunda, cambiando el diseño exterior, la forma, entrando por los ojos del consumidor. En fin, una tercera manera sería aunar ambas innovaciones, la interior y la exterior, los circuitos y lo que ve el usuario. En todo caso, lo que está claro es que la primera forma es la más difícil, hay que inventar ese minúsculo componente que mejore el rendimiento del móvil, de la televisión o del ordenador.
En la feria de productos electrónicos CES 2011, celebrada en Las Vegas, se han presentado muchos nuevos modelos de todo tipo de aparatos. El tiempo nos dirá cuáles fueron un acierto de los fabricantes y cuáles un fiasco. Entre otros muchos dispositivos, se han podido ver las nuevas pantallas de Samsung con su original diseño asimétrico. Comenzaron con los televisores y ahora han decidido trasladar la idea a los monitores. El nuevo diseño se caracteriza porque la pieza que une la base con la pantalla se encuentra en un lateral en vez de en el centro.
Además de la colocación de esta pieza, Samsung ha señalado que tanto la construcción como los materiales utilizados (la carcasa metálica es muy llamativa) son de gran calidad. Hay preparados otros diseños atrevidos, pero los modelos asimétricos han sido los que más han dado que hablar. Pero no sólo ofrecen un nuevo diseño. También están preparados para ofrecer contenidos en tres dimensiones. Todos estos modelos conforman las series 950 y 750.
La resolución de estos monitores es de 1920 × 1080 píxeles con una tasa de contraste de 1.000:1. Los paneles tienen la tecnología TN WLED con un 100% de cobertura súper-RGB y tecnología Ultra Clear Panel que combina la vivacidad de las pantallas tipo glossy con ángulos de visión de un acabado mate.
Incluyen sensores de luz ambiente para mejorar la calidad de visualización y ofrecer un ahorro en el consumo energético.