Según una encuesta, el 99 % de los que tienen un smartphone alguna vez ha buscado puntos wifi gratuitos en la calle. Según otro estudio, uno de cada dos británicos se conecta al wifi de alguien sin su permiso (y uno de cada tres piensa que no hay nada de malo en ello). ¿Alguna vez has sospechado que un vecino está usando tu conexión wifi?
Hay que aclarar que no es lo mismo entrar en un wifi ajeno por una emergencia, para comprobar el correo y, después, desconectarse, que pasar la noche descargando películas. En todo caso, cada cual que se enfrente a la situación como quiera. En el caso de querer evitar que otras personas disfruten de un servicio que sólo pagas tú, ¿qué debes hacer?
En primer lugar, comprobar que realmente es lo que ocurre. Si la conexión a internet se vuelve más lenta a ciertas horas concretas del día, puede ser que alguien esté utilizando tu conexión. Si vemos que la luz del router que indica el estado del wifi (se suele indicar como WLAN) continúa parpadeando tras apagar todos nuestros dispositivos inalámbricos, probablemente tengamos algún intruso.
En todo caso, por si las dudas, hay programas que indican los dispositivos conectados a la red de casa, como Fing, Network Discovery o Net Scan para Android, o Fing, IP Network Scanner o iNet para iPhone. Para ordenadores de sobremesa tenemos Angry IP Scanner o Wireshark. Para asegurarse, hay que apagar todos los aparatos inalámbricos: si aparece alguno en la lista, ya no hay duda.
Para evitar que otras personas se conecten a nuestro wifi se pueden usar varios métodos. Desde la página del router (192.168.1.1 en la barra de direcciones del navegador) se pueden realizar algunos cambios para aumentar la seguridad de la conexión.
En primer lugar, se puede cambiar la contraseña que viene por defecto. Debe ser larga y tener letras (mayúsculas y minúsculas) y números y símbolos. Se puede modificar, para mayor seguridad, la contraseña cada cierto tiempo. Es recomendable que el cifrado sea de tipo WPA o WPA2. Las contraseñas de tipo WEP son muy fáciles de descubrir.
Otro método es filtrar las conexiones por direcciones MAC. que permite al router localizar los dispositivos inalámbricos a su alcance. Se puede configurar el router de modo que sólo permita que se conecten nuestros aparatos. Aunque hay que aclarar que esta dirección MAC también se puede falsear.
Proteger nuestra privavidad
Otra posibilidad es asignar las direcciones IP manualmente. Para ello, se debe desactivar la asignación automática (llamada DHCP). Si se lleva a cabo esta acción, cada dispositivo que se conecte al wifi deberá configurarse individualmente según los parámetros establecidos en el router (Windows, Mac, Android, iPhone). Si no sabes de qué hablamos, no lo intentes, porque lo único que vas a conseguir es que ni siquiera tú te puedas conectar a tu propio wifi.
Quizá prefiramos hacer invisible el wifi (si no existe, ¿¡cómo se van a conectar!?) o cambiar el nombre (el SSID). Un router informa, en la mayoría de los casos, de su presencia sin discriminar a nadie. Además, los nombres identifican habitualmente el dispositivo con el operador de telecomunicaciones que suministra el servicio, lo que facilita que pueda conocerse la contraseña por defecto. De este modo, si se cambia el nombre de la conexión, se dificulta mucho el acceso. Para conectar nuestros dispositivos, habrá que introducir manualmente el nombre exacto.
Proteger la conexión wifi no es sólo una cuestión económica o de transmisión de datos. Es una cuestión de privacidad. Un intruso podría acceder a información personal (archivos compartidos, webs que visitamos, etc.). Finalmente, por esta razón sin duda hay que proteger la conexión a la red. Aunque, en general, los intrusos lo único que quieren es navegar gratis. Caraduras, pero no muy perjudiciales.
Muy buenos consejos, yo creo que mi vecina me roba el wifi porque por las noches justo cuando ella llega a casa supongo que se debe conectar con mi línea porque entontes la velocidad de conexión va mucho más lenta. Es una sospecha pero estoy casi convencida y creo que es delito.