Hasta ahora habíamos visto pantallas con mucha más resolución, ultrafinas, de grandes dimensiones, que son flexibles, desarrollándose incluso algunos prototipos que permiten que se puedan doblar literalmente. Todo esto ahora se queda atrás con la nueva pantalla Displair, que precisamente no necesita una pantalla de cristal y que se caracteriza por proyectar imágenes interactivas en el aire.
No es su única particularidad porque también reconoce los gestos de los usuarios para que se puedan manipular los objetivos que se proyecta en el espacio. Y, ¿cuál es la clave de este desarrollo que ahora llega a España? Una película de micropartículas de agua que son completamente secas por su tamaño. Sin duda, un avance tecnológico muy curioso.
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