La tableta de Lenovo, IdeaPad K1


Lenovo quiere comenzar a jugar en el mercado de las tablets con su IdeaPad K1. Su solidez la permiten destacar en un mercado demasiado repleto de modelos. Desde el lanzamiento de las primeras tabletas con Android Honeycomb, hemos visto un desfile de dispositivos más o menos idénticos. Algunos son más delgados o con mejores cámaras, pero todos tienen el mismo software en el mismo procesador de 1 GHz de doble núcleo.

La Lenovo IdeaPad K1 no es una excepción. Con un precio de 499$ (32GB), aparece en el mercado disponible en tres colores: rojo, blanco y negro. No es ni la más delgada, ni la más barata, ni la más bonita pero es un dispositivo que ofrece al usuario todo lo que puede necesitar. El diseño en dos tonos de su parte posterior es lo mejor. Tejida entre una mezcla de aluminio robusto y plástico brillante, su parte trasera es muy agradable al tacto y deja muy pocas manchas a la vista.

El segundo punto fuerte de la K1 es su botón de inicio dedicado, ubicado en la parte derecha de la pantalla de 10.1 pulgadas (cuando se mantiene en posición horizontal). Teniendo en cuenta los controles de navegación que aparecen en la pantalla de Android, el botón de inicio físico es redundante. Manteniéndolo pulsado, se puede realizar una captura instantánea de la pantalla actual.

El resto de las opciones de diseño son bastante predecibles. En el lado izquierdo encontrará un botón de encendido, el control de volumen, bloqueo de orientación de la pantalla, y una ranura para tarjetas microSD. El borde inferior ofrece un puerto micro-HDMI, un conector para auriculares y una entrada que funciona tanto para la carga como para la sincronización USB.

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