El doctor Jeroen de Vries y el grupo de científicos que dirige han diseñado un disco que podría almacenar datos durante un millón de años. ¿Para qué? ¿Quién va a querer almacenar información durante tanto tiempo? Ése es el punto, que no se sabe: se trata de dejar un legado del registro de la humanidad actual a generaciones (quién sabe si a seres de otra galaxia) para que sepan cómo vivíamos. Al paso que vamos, no sería tan extraño que esta civilización desapareciera, así que, al menos, que quede registrado para la Historia.
Todos los métodos usados en la actualidad para almacenar información (desde el papel a los discos DVD o los discos duros) tienen una vida útil limitada. Los métodos digitales aguantan unas cuantas décadas, el papel de calidad puede llegar a resistir en determinadas condiciones hasta 500 años.
La idea, explica el científico, es preservar algo de la raza humana que dure más que la propia raza humana. Así, los investigadores han fabricado un disco con nitruro de silicio químicamente inerte, un compuesto utilizado para piezas de motores de automóviles, como aislante en los circuitos integrados y otros usos.
En este disco, se incrusta tungsteno, un metal denso utilizado en los filamentos de las bombillas incandescentes y en los tubos de rayos X, entre otras aplicaciones.
Los datos se almacenan gracias al tungsteno de forma similar a cómo se hace en los códigos QR, esa imagen que los smartphones pueden leer. Por fin, se recubre todo el disco con una delgada capa de nitruro de silicio.
Pruebas con altas temperaturas
Pero, ¿cómo saben los científicos que el disco creado aguantará el paso del tiempo? Evidentemente, nadie va a estar allí para verlo, así que han simulado el paso del tiempo calentando el disco. Según la ecuación de Arrhenius, debería aguantar al menos una hora a 188 ºC. Eeste disco se puede freír como un huevo o cocinar a la parrilla como si fuera una hamburguesa y seguiría en perfecto estado. Los CD y los DVD pueden aguantan, como mucho, 40 o 50 ºC.