En estos días tecnológicos en los que vivimos, casi todos los teléfonos inteligentes están formados por el mismo tipo de aplicaciones que les hacen muy similares los unos con los otros: el tiempo, linternas, etc. Uno puede tener una cámara mejor, más almacenamiento externo o interno, y otras especificaciones que nos ayudan a distinguir un teléfono de otro pero, en general, se puede acceder al correo electrónico, mandar mensajes de texto y ver las redes sociales, compartir fotos y videos, navegar por Internet e instalar cualquier aplicación.
Este tipo de uniformidad es en realidad una buena noticia, ya que significa que incluso los teléfonos inteligentes de gama media pueden ser tan capaces como los productos de gama alta, incluso si tienen una pantalla más pequeña o más corta duración de la batería, por ejemplo. Por supuesto, hay algunos Smartphones que destacan de la multitud por un físico determinado o un componente de software.
Los Nokia Lumia 920 pueden cargarse de forma inalámbrica, además de por el enchufe habitual. No es el único que viene con carga inalámbrica, pero si destaca también por una pantalla lo suficientemente sensible como para operar con las manos enguantadas o incluso con una uña. El lápiz óptico Galaxy Note 2 abre un segundo mundo de la funcionalidad.
Samsung estuvo dándole vueltas a cómo conseguir que el lapicero fuera algo más y lo consiguió convirtiéndolo en un hardware de doble función que además de permitir al usuario navegar con comodidad por Android 4.1, hace que el dispositivo se convierta en un bloc de notas virtual. El Samsung Galaxy Beam nos incluye un proyector que puede funcionar en cualquier parte.