Cambiar de cámara de fotos o de vídeo conlleva siempre un quebradero de cabeza. Tal vez te estés planteando dar el salto a un nivel más profesional a la hora de tomar fotografías. Si es así, huye de las cámaras compactas de siempre y decántate por una réflex. Los resultados serán mucho mejores y seguro que sales satisfecho con la compra.
Pero… ¿por qué deberías comprarte una réflex? Hay un sinfín de motivos para ello pero los principales es que eres tú el que tiene el control de las imágenes que toma, ya que dominas el objetivo y enfoque, cosa que con las típicas cámaras compactas no es posible.
Más rápidas
Como ya se ha comentado, las cámaras réflex permiten un control total de la foto que se está tomando. Puedes ajustar la velocidad de disparo, la apertura del diafragma, el balance de blancos o los niveles de exposición.
El sensor es una pieza clave en toda cámara fotográfica. En función del tamaño del sensor, las imágenes saldrán con mayor o menor calidad. Las réflex vienen equipadas con sensores mucho más grandes que las cámaras compactas.
También tienes la posibilidad de cambiarle el objetivo a tu antojo. Hoy en día se comercializan una gran variedad de objetivos para réflex. Los hay de ojo de pez, teleobjetivos o de gran angular, entre otros.
¿Y si llega el momento en el que te canses de tu réflex? Aunque suele ser algo improbable, puede que llegue ese periodo de tiempo en el que quieras añadirle algún accesorio extra a la cámara. Si es así, dirígete a una tienda de fotografía y ya verás la cantidad de filtros, flashes o trípodes que hay para cada modelo.
El precio puede que te eche un poco para atrás. Sí, las réflex son cámaras caras, pero también más resistentes que las compactas. Es más, tienen un arranque inmediato y la velocidad de disparo es más rápida de una cámara convencional.