En los últimos días, no paran de publicarse noticias que revelan que Android no es un sistema seguro. El sistema operativo diseñado por Google para teléfonos móviles está teniendo un enorme éxito entre usuarios y las propias marcas de dispositivos móviles, que lo incluyen en muchos de sus modelos. Pero todo se puede ir al traste si no se solucionan los problemas de seguridad que están siendo descubiertos en los últimos días.
Los fallos de seguridad han sido descubiertos por diferentes colectivos de distintos países. Por ejemplo, investigadores de la universidad alemana de Ulm descubrieron y, con gran responsabilidad, enviaron a Google, una vulnerabilidad que afecta a casi todos los teléfonos que funcionan con Android versión 2.3.3 y anteriores. Este fallo permite acceder a los calendarios, a los contactos y otros datos confidenciales almacenados en los servidores de la compañía debido a un fallo en el protocolo de autenticación del usuario.
Por otra parte, el portal especializado en telefonía móvil Mobile Crunch ha publicado un estudio en el que se afirma que los delincuentes informáticos han aumentado en un 400% sus ataques al sistema Android. En especial, dirigen sus ataques a la conexión a través de Wi-Fi, que es especialmente vulnerable. Si el usuario con un teléfono Android se conecta a través de esta conexión a una red no protegida tiene bastantes posibilidades de ser atacado y ser infectado con diferentes tipos de malware.
La solución, afortunadamente, es sencilla. No hay más que actualizar a la última versión de Android. El problema es que la gran variedad de dispositivos que funcionan bajo Android y la tardanza de algunos proveedores en ofrecer esta última actualización, supone que muchos dispositivos continúen con la versión 2.3.3 del sistema (o incluso anteriores).
Pero la conexión Wi-Fi no es el único problema de Android. El 17% de los casos de propagación de malware tienen su origen en el envío de SMS. Como siempre, la utilización de un antivirus actualizado y el control de conexiones y mensajes son fundamentales para evitar la infección y la propagación de virus y malware.