Harry Winston, la casa suiza de joyería y relojes de lujo, ha sacado al mercado el Opus 12, toda una maravilla de ingeniería minimalista para las muñecas más pudientes.
Opus 12 es un reloj, pero como sucede con estos objetos en estos días en que todo el mundo tiene un móvil, el hecho de dar la hora es totalmente secundario. Lo más importante de Opus 12 es su diseño, y por supuesto la exclusividad implícita en el precio.
El reloj carece de manecillas para indicar las horas y los minutos. En su lugar, unas pequeñas láminas metálicas rotan sobre sí mismas y cambian de color, tomando un tono azul cobalto, para indicar las horas y los minutos. El paso de los segundos, no obstante, se marca del modo tradicional: con un fino segundero encerrado en una circunferencia de menor diámetro que el reloj, como si fuera el centro de una diana de glamour.
Por lo demás, mantiene las líneas que acostumbran a seguir los relojes de pulsera destinados a público varón: sobriedad en sus formas y diseños, colores negro y plata, a excepción de las marcas azul cobalto que acabamos de mencionar y que, en ningún caso, rompen esta armonía.
Para promocionar esta pequeña obra de arte, la casa suiza ha colgado en Youtube un vídeo en que, con una música de fantasía épica, se muestra el interior del reloj y se exhibe cómo se montan las piezas, todo perfectamente orquestado para despertar la admiración de todos, la ambición de algunos y el capricho de unos pocos.