Recuerda: existen los acosadores y luego están los ciberacosadores. Mientras que el acoso ocurre normalmente en la escuela o en el trabajo, el acoso cibernético tiene lugar en el ciberespacio. Esto incluye tanto Internet como otros tipos de comunicaciones móviles. Al igual que el acoso físico, el acoso cibernético suele estar dirigido a personas muy jóvenes, como por ejemplo los niños y los adolescentes.
Estos desalmados pueden acosar, amenazar, avergonzar, humillar de manera online a los jóvenes o a otra persona que se convierta en su objetivo. El acoso cibernético puede adoptar muchas formas. Los siguientes son sólo algunos ejemplos más habituales que se pueden encontrar por la red:
– Burlarse de otro usuario en un chat de Internet
– Acosar a un usuario a través de una sesión de mensajería instantánea
– Publicar mensajes despectivos en Facebook de un usuario o en cualquier otra página
– Hacer que circulen rumores falsos acerca de alguien en diferentes sitios web o redes sociales
– Publicar comentarios lascivos sobre otra persona en un blog personal
– Publicar fotos poco favorecedoras de otro usuario en la Web
– Spamming con los mensajes de correo electrónico no deseados
– El envío de amenazas o provocaciones en e-mails
El acoso cibernético puede parecer divertido para algunas personas, pero es un asunto muy serio. Los niños que son intimidados online, a menudo, pueden sufrir graves traumas que les afectan en su día a día. Esto puede llevarles a tener una autoestima muy baja e incluso caer en la depresión. Por lo tanto, el acoso cibernético no debe ser tolerado y debe ser reportado a las autoridades.