Comprar una cámara digital barata puede suponer limitaciones en la impresión y menos calidad de las fotografías. Ahora una cámara fotográfica digital compacta de 10,3 megapíxeles puede costar cerca 100 euros. Pero si buscamos una calidad óptima de impresión en papel o la necesitamos para realizar trabajos artísticos o profesionales, es mejor optar por una gama alta.
El principal problema de las cámaras más baratas es que no tienen zoom óptico, no disponen de un objetivo con las lentes para acercar la imagen sin perder resolución, solamente incorporan el zoom digital que pixela la imagen de forma granular.
Todo dependerá de las necesidades que tengamos, si la queremos para tomar fotografías y luego compartirlas a través de Internet (redes sociales), las cámaras más sencillas son suficientes para eso. Las pantallas de ordenador no tienen mucha calidad. Las cámaras más costosas permiten obtener mejores resultados, especialmente cuando se imprimen instantáneas de gran tamaño.
Recuerda que los megapixeles permiten hacer ampliaciones e impresiones con nitidez a un tamaño mayor, pero para una fotografía de tamaño estándar (de esas para poner en un marco), con 3 megapíxeles la calidad ya es suficiente.