Crece el número de estafas que se difunden en uno de los sistemas de mensajería instantánea más utilizados del momento: Whatsapp. Lo curioso es que muchos de estos fraudes que tienen que ver con Whatsapp, no se propagan a través de este sistema. Los estafadores han diseñado estrategias para obtener los datos bancarios del consumidor y obligarle a transferirles una cantidad monetaria, así como suscribirles involuntariamente a los sms premium. En las próximas líneas detallamos la información para identificar estas estafas.
Lo más habitual es que se reciba en el smartphone un mensaje de un número que Whatsapp desconoce. En dicho mensaje irá un enlace o un vídeo o imagen. El sentido común del consumidor debe llevarle a no abrir el mensaje ni a descargarlo, ya que éste podría llevar asociado un programa que se insertará en el dispositivo del móvil sin que el usuario se entere.
Principales recomendaciones
Entre las recomendaciones para evitar las estafas por Whatsapp destaca el evitar abrir enlaces compartidos que se envíen desde teléfonos desconocidos. Por este sistema suelen llegar la mayoría de estafas, que redirigen al usuario a las páginas de pishing, que graban los datos del internauta.
Tampoco hay que fiarse de los sms que lleguen al teléfono desde números desconocidos y que hagan referencia a Whatsapp. Una de las estafas más conocidas consistía en un mensaje de texto enviado desde el número 25568 que preguntaba al usuario si estaba recibiendo los mensajes de Whatsapp. Los que respondieron al mensaje sin saber que se trataba de un servicio premium, recibieron la sorpresa al ver la factura del teléfono.
La mejor manera de actuar ante estas estafas es no responder nunca a los mensajes que lleguen desde plataformas que se desconozcan ni pinchar en los enlaces que envían. En caso de hacerlo y ser redirigidos a otra página web, nunca dejes datos personales en esa página.
Si has caído en la estafa y te das cuenta una vez has pinchado en el enlace, ponte en contacto con tu compañía telefónica para que no te carguen el coste del servicio premium. La Ley de Competencia Desleal ampara al consumidor.