Recientemente hemos conocido un estudio de Unión Europea que posiciona a España en el quinto lugar en la lista de países con la conexión a Internet más cara, precedido solamente de Finlandia, Grecia, Bélgica e Irlanda. Aunque hemos descendido desde el tercer puesto hasta el quinto, el resultado del estudio ha traído consigo un nuevo tirón de orejas a nuestros proveedores de ADSL que llevan manteniendo los precios es una misma línea durante los últimos tres años.
Dada la coyuntura internacional y el creciente uso de los servicios relacionados con la Web, incluyendo el vertiginoso ascenso de la popularidad del Internet móvil y la proliferación de las ventas de los terminales con conexión a Internet, el mercado ha sabido reaccionar y ha procurado acercar al usuario el uso de estos servicios de manera que se ajuste mejor nuestros bolsillos y expectativas.
Las ofertas de ADSL en nuestro país han aumentado en los últimos meses para ofrecer una mayor cobertura, accesibilidad y un presupuesto que cada vez es más asequible para todo el que desee disfrutar de una conexión. A la vez que se ha podido observar una bajada de precios y han surgido muy interesantes ofertas de paquetes de contratación, ha habido un incremento de la velocidad de subida que nos acerca más a las líneas generales europeas.
Aunque nos queda un trecho para que nuestros operadores hagan ajustes como los realizados por Lituania y Rumanía, que a pesar de su difícil panorama económico han abaratado sorprendentemente sus tarifas, en España estamos cada vez más cerca de que Internet no sea un privilegio exclusivo de los que tienen un presupuesto elevado y se convierta en un servicio con acceso universal.